Principios no son Valores. La discusión sobre Principios y Valores
aparece con frecuencia en el mundo organizacional, familiar o entre amigos, y se presta a no pocas
interpretaciones.
Los estudios de Stephen R. Covey sobre “La Ética del Carácter” y la “Ética de la Personalidad” resaltan la importancia que para las organizaciones, comunidades, sociedades y para nuestra identidad humana tiene lograr claridad sobre el significado de estos dos conceptos.
Los estudios de Stephen R. Covey sobre “La Ética del Carácter” y la “Ética de la Personalidad” resaltan la importancia que para las organizaciones, comunidades, sociedades y para nuestra identidad humana tiene lograr claridad sobre el significado de estos dos conceptos.
Los Principios son leyes naturales, permanentes, muy poco susceptibles de discusión. Ellos son la
esencia de lo que nos caracteriza, lo que verdaderamente somos.
Quizás la mejor forma de
entenderlos es la “Ley de la Granja” que nos dice que para cosechar algo,
primero tenemos que preparar la tierra, sembrar la buena semilla, cuidarla,
fertilizarla, protegerla de enfermedades y ataques de parásitos, insectos o
alimañas, regarla y quitar la maleza, para al final obtener la buena cosecha.
O
somos íntegros o no lo somos, o somos confiables o no lo somos, o somos
responsables o no lo somos: no existe nada como: más o menos íntegros, más o
menos confiables, o más o menos responsables, como no existe aquello de una
mujer más o menos embarazada, o está en Estado o no lo está.
Los Valores son atributos que le damos a los Principios y a las
cosas, se basan en nuestras percepciones y en nuestra interpretación de la
realidad, es el color del lente con el cual miramos al mundo. Aquí sí cabe
aquello que yo acostumbro definir como “la gente tanto por ciento”: 70%
simpática, 90% bonita, 30% cordial, 40% respetuosa, 20% paciente, 40 %
comprometida, etc.
La “Ley de la Escuela” (como sistema social no natural) nos dice
que si “calentamos materia” antes del examen de mañana en lugar de estudiar
consistentemente, si aprovechamos la oportunidad de conocer las preguntas de
antemano, o si hacemos un buen "torpedo", pasaremos el examen, posiblemente
hasta con una buena nota.
¿Pero hasta donde nos llevarán
prácticas como esta? Es posible que nos den resultado por un tiempo, pero no
lograremos una mente cultivada. A la larga alguien finalmente “paga la cuenta”.
Los Valores están relacionados
con la forma como proyectamos nuestra personalidad, con la imagen que damos de lo que somos.
Los Principios expresan la
realidad. Si esta realidad no es congruente con la imagen que damos de nosotros
mismos, el doblez se percibe y al final la realidad nos alcanza. Los Principios
son nuestra verdad, nuestro yo interior, lo que nos caracteriza cuando nadie
nos está viendo.
Ver Vídeo: Ley de la Cosecha o de la Granja
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