viernes, 26 de abril de 2013

“Si descubre que está cabalgando un caballo muerto, desmonte”


Pero en la vida personal, familiar, organizacional e incluso en el manojo económico de las naciones, adoptamos diferentes estrategias:
 

v  Buscamos un látigo más fuerte.

v  Cambiamos de jinete.

v  Decimos “Siempre lo hemos cabalgado así”

v  Creamos un grupo de trabajo para analizar al caballo.

v  Visitamos otras tribus para ver como ellos cabalgan sus caballos muertos.

v  Desarrollamos nuevos estándares de calidad para montar caballos muertos.

v  Creamos una fuerza de choque para revivir el caballo muerto.

v  Incorporamos una unidad de entrenamiento, para aprender a cabalgar mejor.

v  Hacemos comparaciones entre diferentes caballos muertos.

v  Modificamos los criterios que definen cuando un caballo está muerto, y cuando no.

v  Traemos gente de afuera para que intente cabalgar el caballo muerto.

v  Juntamos varios caballos muertos, para que corran más rápido.

v  Explicamos que “un caballo no puede estar tan muerto que no pueda ser fustigado.”

v  Invertimos para mejorar el desempeño del caballo muerto.

v  Contratamos un estudio para ver si conseguimos consejeros más baratos.

v  Compramos algo que haga que los caballos  muertos corran más rápido.

v  Explicamos que nuestro caballo es “mejor, más rápido y más barato” –muerto.

v  Formamos un grupo de mejoramiento de la calidad para encontrar un uso para caballos muertos.

v  Revisamos las condiciones de desempeño para caballos.

v  Creamos una unidad independiente de costos para caballos muertos.

v  Matamos al mensajero que viene a decirnos que el caballo se murió.


Por Edward F. Kurowski

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