Fuera de nuestra vida familiar,
no conozco ninguna otra área en la cual las personas, universalmente, desee
lograr mayor influencia y sentido de contribución que en su trabajo.
Estos deseos tan naturales
contrastan con la creciente frustración y desgaste que tantos de nosotros
sentimos. Inclusive aquellos que ya han avanzado en sus carreras se hacen
preguntas como: ¿Realmente vale la pena lo que hago? ¿Estoy haciendo algo que trasciende?
¿Para qué voy al trabajo todos los días y me desgasto la mente, solo por
dinero?
Lamentablemente con mayor
frecuencia y rapidez de lo que deseáramos que sucediera, nos encontramos con
que nuestra fortaleza y nuestras convicciones ceden ante los viejos y arraigados
hábitos, a lo urgente, y a las expectativas que otros tienen de nosotros.
La respuesta a esta espiral
descendente no está en buscar “arreglitos” de corto plazo que nos saquen del
hoyo, o en fórmulas “milagrosas”, o en técnicas “geniales”.
Tampoco es un asunto de
“vendernos bien” o ceder ante la “realidad” que nos dice que así son las cosas,
o así es como deben ser.
Las verdaderas soluciones residen
más bien en “Principios” universales y permanentes que siempre han logrado
éxito en el largo plazo.
Estoy convencido que hay un
enorme poder que late en nuestro interior que nos hace capaces de definir el
curso para un cambio consistente, que nos permite alcanzar el crecimiento, la
efectividad, la capacidad de influencia y la profunda satisfacción que deseamos
en nuestras carreras. A continuación voy a permitirme esbozar algunas ideas que
nos ayuden a iniciar este camino.
1. Asume
tu propia responsabilidad sobre las situaciones
actuales y futuras. El futuro de tu carrera estará influenciado
principalmente por tus esfuerzos, tu
competencia, tu carácter, y tu habilidad para
construir relaciones con otras personas.
Evita la tentación
de culpar a otros por las circunstancias y dificultades que te rodean: a tu
jefe, al mercado, a la debilidad de los demás. Concentra tus esfuerzos en
aquellas áreas en las que Tú estés verdaderamente capacitado para influenciar,
y sonría a aquellas que escapan de su control, al menos por los momentos.
2. Identifica
aquellas fortalezas y talentos que son únicos en ti, y determina cómo puede
duplicar el tiempo en tu trabajo en que utiliza estas fortalezas y talentos.
Con demasiada
frecuencia nos desgastamos atendiendo esas cosas urgentes del día a día y
entonces descuidamos a aquellas que pueden crear mucho más valor para nuestra
organización y que aprovechan esas habilidades dentro de nosotros, cuyo resultado
es innovación creativa y satisfacción profunda.
Has más y más de
aquellas actividades que tus habilidades particulares te permiten hacer mejor.
Pregúntate constantemente: ¿Cómo puedo aprovechar mejor mis fortalezas y
usarlas más efectivamente? ¿Cómo puedo aprovecharme mejor?
3. Estudia
las verdaderas necesidades actuales y los retos de tu organización y desarrolla
un plan que te permita, para el final del año, haber sido la diferencia
significativa que llevó a resolver ese reto; o haber creado algo que cumpla
estas dos exigencias: haber superado las expectativas de todo el mundo, y que
haya creado algo que sea de importancia y valor para tu organización.
4. Usa
algún medio o herramienta de planificación que te ayude a mantener en primera
fila las metas y objetivos claves que deseas lograr. Sin ellas, con frecuencia
somos arrastrados por la corriente de aquellas cosas que son urgentes pero no
importantes.
Recuerda, el
mayor enemigo de lo mejor es lo bueno.
5. Siéntate
con la persona a quien tú le reportas y clarifica las mutuas expectativas que
cada quien tiene sobre el otro, y desarrolla un acuerdo formal o informal entre
los dos.
6. Duplica
el tiempo que tú destinas a oír a los demás: compañeros de trabajo, clientes,
suplidores, hijos, amigos, etc.
Tu boca fue
diseñada para cerrarse, tus oídos no. Tú tienes dos oídos y una boca. Úsalos
como fue el deseo del Creador.
7. Finalmente,
desarrolla un plan para tu educación continua y tu desarrollo personal.
No importa cuán
avanzada haya sido tu educación, o cuán profundo y exigente haya sido tu
entrenamiento en el trabajo. Con el increíble proceso de cambio que estamos
viviendo en la economía mundial, tú puedes estar seguro que el conocimiento
recibido tiene una vida media no mayor de cuatro años, y en algunas
profesiones, menos.
Lee
constantemente trabajos, extractos, libros y revistas en tu área de
especialización.
Desarrolla un
programa de ejercicio físico que te mantenga fuerte y mejore tu vitalidad.
El trabajo no lo
es todo. Tome el tiempo necesario para relajarse, distraerse, y renovarse.
Desarrolle
relaciones sólidas con amigos y familiares. Esto lo ayudará a mantenerse
alerta, fresco, y capaz para enfrentar creativamente las vigorosas exigencias y
las tremendas oportunidades que lo esperan en su futuro.
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