martes, 30 de abril de 2013

El Liderazgo es una elección


He trabajado con organizaciones alrededor del mundo por más de cuarenta años y he sido un estudiante de las grandes mentes que han estudiado las organizaciones. La mayoría de los movimientos culturales grandes que han construido grandes organizaciones, que sostienen el crecimiento a largo plazo, prosperidad y contribución para el mundo, comenzaron con la elección de una persona. A veces esa persona era el líder formal, el CEO o presidente. A menudo comenzó con alguien más: un profesional, una gerente de línea, el asistente de alguien… Sin importar su posición, estas personas primero se cambiaron a sí mismas de adentro hacia fuera. Su carácter, competencia, iniciativa, y energía positiva, en fin, su autoridad moral, inspiró y levantó a otros. Poseían un sentido anclado de su identidad, descubrieron sus fortalezas y talentos, y los utilizaron para cumplir las necesidades y producir resultados. La gente en torno a ellos se dio cuenta. Se les dio más responsabilidad. Aumentaron la nueva responsabilidad y nuevamente produjeron resultados. Más y más gente se dio cuenta de lo sucedido. La gente en la cima de la gerencia quería aprender de sus ideas, de cómo lograban tanto. La cultura fue atraída a su visión y a ellos. ( Dr. Stephen R. Covey)
Personas como éstas no son afectadas por mucho tiempo por toda la fuerza negativa, desmoralizante, e insultante en la organización.  E interesantemente, sus organizaciones no son mejores que la mayoría de las organizaciones. Hasta cierto grado, todas son un desorden. Estas personas solo se dan cuentan que ellas no pueden esperar a que su jefe o la organización cambien. Se convierten en una isla de excelencia en un mar de mediocridad. Y es contagioso.
¿De dónde consigue una persona tal fortaleza interna para nadar en contra de la corriente y soportar las provocaciones culturales negativas, a no subordinarse a intereses egoístas, y a desarrollar y sostener tal visión y determinación?
Estas personas aprenden de su naturaleza verdadera y sus dones. Los utilizan para desarrollar una visión de grandes cosas que quieren lograr. Con sabiduría toman la iniciativa y cultivan un gran entendimiento de las necesidades y las oportunidades alrededor de ellas. Cumplen esas necesidades que igualan a sus talentos únicos, que tocan sus altas motivaciones y que hacen una diferencia. En resumen, ellos encuentran y utilizan su voz. Ellos sirven e inspiran a otros. Ellos aplican los PRINCIPIOS que gobiernan el crecimiento y la prosperidad en los seres humanos y en las organizaciones, principios  que atraen lo más alto y mejor de la “persona integral”- cuerpo, mente, corazón y espíritu. De igual significado, ellos también escogen influenciar e inspirar a otros a encontrar su voz a través de estos principios.
Yo he llegado a creer con convicción profunda que el liderazgo es una elección, no una posición. Entender este precepto fundamental de liderazgo es crítico porque ésta es  la clave para el éxito en cualquier empresa del mundo. Cuando usted tiene un buen liderazgo, las familias, negocios, escuelas, hospitales, comunidades y gobiernos florecen. Bajo un liderazgo pobre o mediocre, ninguna de estas entidades cumplen su potencial. El liderazgo, por lo tanto, es algo que nos atañe a todos. Y nos atañe hacer una elección, hacer que sucedan las cosas y hacer la diferencia.
Los seres humanos tienen el poder intrínseco y la libertad de hacer elecciones. Después de la vida en sí, el poder de hacer elecciones es nuestro más precioso don. Percibirse a usted mismo como una víctima, sin elección, es el factor más inhibidor para lograr lo que es más importante para usted. Todos tenemos el poder de hacer elecciones en nuestra vida personal, así como en la laboral.
Rutinariamente llamamos nuestros líderes a la gente con títulos. Evaluamos el desempeño en autoridad de estas personas, y las llamamos buenos o malos líderes. Es fácil y conveniente para explicar las situaciones y asignar la culpa cuando las cosas no resultan bien, como una función de las acciones y elecciones de  otras personas. Al pensar de este modo, empoderamos las debilidades formales de los gerentes y, por lo tanto, nos desempedramos. Solo cuando verdaderamente entendemos y aceptamos el concepto de liderazgo como una elección, somos capaces de reemplazar la noción de liderazgo como una posición con la del liderazgo como influencia. Y entonces nos podemos convertir en líderes de la gente a la cual nos reportamos.
La gran meta es aumentar su poder y capacidad para liderar, para ayudar a elegir y ejercer influencia, sin importar su posición. Ya sea usted un obrero de una empresa industrial, un CEO, un gerente de nivel medio, un conserje, un empresario o un padre soltero, el liderazgo es una elección, no una posición.

No hay comentarios:

Publicar un comentario