martes, 9 de abril de 2013

8 PODEROSAS DECISIONES



Muchas de las cosas que hoy te afectan, como el entorno y los cambios de los que estás siendo partícipe: está fuera de tu control.  Pero afortunadamente no importan las circunstancias en las que te encuentres, tienes varias cosas de las que puedes adueñarte y tomar el control.

Me refiero particularmente a lo que realmente determina como te sientes en este momento ante tus problemas y retos.  Estoy hablando de tu actitud, es de
cir, de cómo tu eliges responder ante las circunstancias y quién decides ser ante el cambio.

Es tu actitud la que puede aumentar o reducir tu estrés de manera profunda, si bien darse un masaje, o hacer ejercicio o incluso el amor, son excelentes antídotos contra el estrés, sino son acompañados por un cambio de actitud, apenas llegan a tener un efecto temporal.

¿Cómo te adueñas de tu actitud?, a continuación te ofrezco 8 simples, pero poderosas decisiones para tomar control sobre tus respuestas ante lo que te sucede, reducir significativamente tu estrés y aumentar tu capacidad para manejar el cambio.

Nuestra primera decisión:

En vez de resistir... yo acepto

Acepta lo fáctico, lo que es un hecho.  Hay circunstancias que por más que te esfuerces, no puedes cambiar, al menos no tan rápido como te gustaría.  En ocasiones el cambio aunque no te guste es un hecho.

Tu estrés aumenta cuando te resistes a los que te sucede.  Al resistir le das poder a aquello que estás resistiendo.  Al aceptar y soltar tu resistencia, recuperas tu poder y puedes sentirte mejor.

En este instante en tu vida, en tu trabajo ¿qué es importante aceptar?, ¿qué puedes dejar de resistir?.

Que quede claro, no estoy sugiriendo que te resignes.  Puedes aceptar las circunstancias actuales, simplemente por el hecho que  en este momento son esas las circunstancias y a la vez elegir cambiar lo que en ti está modificar.

Y eso nos lleva a nuestra segunda decisión...

En vez de resignarme... yo aprovecho.

Así como es importante aceptar lo fáctico, también es fundamental aceptar tus posibilidades de acción inmediata y transformación a futuro.

Esto es lo que hace la diferencia entre la resignación y la ambición activa por una mejor situación.

Aprovecha lo que si está en tus manos hacer, lo que tu si puedes controlar, aquello en lo cual si tienes ingerencia y te es posible llevar a cabo

¿Qué oportunidades puedes aprovechar?,  cuando identificas tus oportunidades y actúas para aprovecharlas, te alejas de la ansiedad producida por la sensación de estar fuera de control.

En vez de sentirte el efecto, pasa a experimentarte como causa.  Así que ponte en movimiento y decide aprovechar lo que si está en ti lograr.

Vamos a nuestra tercera decisión, 

En vez de evadir... yo asumo

¿Qué de lo te afecta tiene que ver contigo?, cuando las cosas no van como quisieras es muy fácil apuntar hacia fuera y buscar un culpable.

El reto y la esencia de la madurez, está en asumir lo que es tuyo, la forma en que tu haz contribuido a lo que hoy sucede y la oportunidad que tienes para cambiar las cosas.

Si evades tu responsabilidad niegas tu poder y tu capacidad para aprender.  Cuando asumes lo que te corresponde, te adueñas de tu poder al momento que tomas conciencia de lo que puedes aprender y mejorar.

Nuestra cuartar decisión:

En vez de solo desear... yo me comprometo

La única forma de obtener resultados diferentes, es haciendo cosas distintas.  Desear algo mejor es necesario, pero no es suficiente.

El deseo debes acompañarlo con el compromiso de hacer lo que haga falta hacer, para mejorar tus circunstancias.

¿Qué vas a cambiar para lograr sentirte mejor?.  Tus hábitos cotidianos pueden reforzar tu energía y debilitar tu estrés.

En este sentido, algunos cambios simples puedes hacer gran diferencia.

Por ejemplo:  Si eres de los que diariamente te sometes a una intensa dieta mediática, que tal si eliges leer menos la prensa diaria y evitar el maratón de los noticieros nocturnos en televisión justo antes de acostarte.  ¿Te apuesto algo?, el mundo no va a cambiar por que tu dejes de ver, escuchar y leer noticias, pero tu salud mental si puede beneficiarse enormemente de una adecuada dieta mediática.

¿A qué simples cambios te comprometes para lograr lo que necesitas para sentirte mejor?, ¿qué cambios en tus hábitos?, ¿qué hábitos constructivos y positivos puedes incorporar en tu vida?.

Vamos a nuestra quinta decisión

En vez de preocuparme... yo me ocupo.

El antídoto para tus preocupaciones: ocúpate, ponte en acción, muévete hacia lo que quieres y está en ti lograr.

Hay situaciones que definitivamente escapan de nuestro control.  Hagamos lo que hagamos, ni siquiera podemos influir sobre ellas.  Entonces, que caso tiene preocuparte de aquellos que escapa de ti.

¿Algo te preocupa?, ¿está en ti hacer algo al respecto?, entonces ponte en acción.  De lo contrario, acepta que eso escapa de tu esfera de influencia y decide soltarlo, para hacerte cargo de las oportunidades que si puedes aprovechar.

Quizás no puedas cambiar tus circunstancias en este momento, pero si puedes cambiar una actitud que te permita aceptar lo que es.  Aprovechar lo que es posible y comprometerte a lograr lo que quieres y ponerte en acción.

La sexta decisión:

En vez de olvidarme de lo tengo...  yo agradezco.

Cuando los niveles de estrés se incrementan y te encuentras rodeado de cambios y nuevos desafíos es normal que pierdas perspectiva y te desconectes de lo que tienes, en medio del caos, corres el peligro de dar por sentado y olvidarte de lo que realmente llena tu vida, y constituye tus éxitos y fortalezas.

En cuantas cosas podrías estar agradecido en tu vida.  La gratitud es un excelente antídoto ante las sensaciones de desesperanza, ya que te permiten conectarte con la abundancia y magia de tu vida.

El agradecer te permite enfocarte en lo que tienes, para continuar avanzando hacia tu éxito y plenitud.

En la gratitud, los medios se desvanecen, ya que te das cuenta que has recibido y tienes más de lo que creías.  Conéctate con ella y no olvides los miles de regalos que has disfrutado en formas de experiencias, amistades, aprendizaje, momentos oportunidades, amores, talentos fortalezas, conocimientos.

¿Qué podrías agradecerle a la vida, en este momento?

Nuestra séptima decisión:
En vez de desconfiar... yo confío

¿Estas eligiendo creer que tus problemas son más grandes que tu?, o ¿que tu eres más grande que ellos?, ¿crees que tus circunstancias negativas son permanentes?, o ¿sabiamente eliges creer que todo se mueve en ciclos?, que después del invierno viene la primavera

¿Estás pensando que estás al efecto de las circunstancias?, o sabes que tu tienes el control para adueñarte de tu capacidad de salir a delante?, ¿no te sientes seguro de quienes te acompañan? O ¿decides confiar en el carácter y habilidad del otro?

Confiar o no confiar, la decisión es tuya.

Por último, llegamos a nuestra octava decisión:

En ves de visualizar en negativo... yo apuesto a ganar

Como decía Henry Ford: “Si crees que puedes, o crees que no puedes.  Estas en lo cierto”.

En ti está concientemente eligir apostarle a tu éxito y tener fe en todo lo que sucede es lo mejor.

El miedo se alimenta de una proyección mental catastrófica de lo que puede suceder.  Esa misma energía y talento para visualizar puedes enfocarlo en lo que realmente deseas.  Tu éxito.

No te hablo de simple pensamiento positivo, no es pretender ingenuamente que todo va a salir bien por el simple hecho de pensar que así va hacer.

Esta es la octava decisión:

Ya aceptaste la realidad, también identificaste lo que puedes aprovechar de las circunstancias, además has asumido la responsabilidad en el proceso, estas comprometido a la acción y estás ocupándote de lo que es posible, conectado con la  gratitud de lo que ya tienes, decides confiar en ti, en otros, en el proceso,  ya lo que queda es apostar a ganar y llevar tus decisiones a la acción.

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