lunes, 13 de mayo de 2013

Do It!


Cuando nos hemos visto sometidos a una gran presión, un gran riesgo y logramos sacar fuerzas de donde parecía que no existían para responder, nos hemos dado cuenta de la existencia de puntos de apalancamiento que nos ayudan a tomar conciencia de nuestras facultades latentes, y aprovecharlas.

Todos tenemos sentimientos negativos y sentimientos positivos. Los sentimientos negativos son altamente limitantes, hasta el punto que algunos de ellos nos pueden llevar a la inacción y a la parálisis.

Durante nuestra vida hemos sido programados para tener ciertas actitudes ante las cosas que sentimos. Nuestras limitaciones están en las actitudes que asumimos ante lo que sentimos, no en lo que sentimos.

El temor, el desmerecimiento, los sentimientos heridos, y la rabia son gemas sin pulir. Con unos cortes adecuados y un poco de pulido podemos transformarlas en joyas preciosas. 

En cada nivel, los sentimientos negativos tienen una contrapartida que puede potenciar una respuesta positiva. Lo esencial es pasar a la acción.

Así como el miedo nos apresa, podemos transformar ese mismo miedo en la energía que nos permita enfrentar una nueva situación: un cambio de trabajo, o iniciar una nueva carrera. Cuando alguien nos ofende o nos hiere, si reaccionamos es porque nos importa.

Pero hay emociones que son más limitantes que otras. La emoción más limitante de todas es el desaliento.

Cuando un elefante nace está lleno de energía, puede pesar 500 kilos. Su domador lo amarra con una gruesa cadena a una estaca de un metro de profundidad. El pequeño elefante lucha y lucha pero poco a poco se da cuenta que haga lo que haga, no puede alejarse de la estaca más de lo que le permite la cadena con el grueso grillete de acero amarrado a su pata.

A medida que crece y sube de peso y multiplica su fuerza, el pequeño elefante pierde el entusiasmo para luchar por su libertad. Para cuando tiene 5 o 6 años y pesa varias toneladas, su domador le cambia la gruesa cadena por una cadenita para colgar ropa, el grillete por una guincha  de embalaje, y la estaca por un palito de helados; pero el elefante ni siguiera intenta liberarse.

 …ha perdido la iniciativa, no sabe cómo utilizar su poder, se encuentra sicológicamente maniatado, ha sido condicionado al Desaliento.

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