El ser humano tiene cuatro
necesidades fundamentales que intentan mantenerse en equilibrio. Durante nuestra existencia unas ocurren
primero y otras después, pero en cierta forma todas están constantemente
modelando nuestro comportamiento y los beneficios que derivamos de él.
Satisfacer estas necesidades genera una tremenda energía, nuestro “Fuego
Interior”. Cumplir con estas cuatro necesidades es como combinar elementos en
química: una vez que se llega a la “masa crítica” de integración es que
logramos la “combustión espontánea” la explosión de esa sinergia que enciende
el fuego de nuestra visión, nuestra pasión y el espíritu de aventura y el
entusiasmo que llevamos dentro. La falta de cualquiera de ellos reduce nuestra
calidad de vida. Si estamos endeudados o tenemos poca salud, no tenemos
suficiente para comer, vestirnos o un techo donde cobijarnos nos sentimos
agredidos y solos. Si estamos mentalmente estancados o no encontramos nuestro
propósito, nuestra razón de ser en la vida, carecemos de integridad; todo ello
afecta nuestra autoestima y motivación.
AMAR
Tenemos la necesidad de
pertenecer, de sentirnos amados, apreciados, de ser considerados. El ser humano
es gregario por naturaleza, Sentirnos amados nos da confianza y llena una
necesidad social. Vivir con amor no es un sentimiento, es una filosofía de vida.
APRENDER
La mejor forma de aprender es
enseñar por lo que aprender está íntimamente ligado con una cualidad esencial
del liderazgo, el líder como servidor. Aprender fortalece nuestro sentido de
valor, aumenta nuestras posibilidades de éxito y de contribución tanta a
nuestro propio bienestar como al desarrollo de nuestra sociedad, y desarrolla
nuestra disciplina personal y nuestro potencial. Aprender nos lleva al
crecimiento personal, a alcanzar nuevas perspectivas y destrezas, a movernos
hacia delante.
VIVIR
Incluye por una parte la necesidad de construir un bienestar y
medios para cubrir y satisfacer nuestras necesidades básicas, pero también
saber vivir, construir relaciones perdurables que formen parte de nuestra vida,
de cuidar nuestra salud y saber mantener un sentido de equilibrio entre vida
personal y trabajo, familia y profesión; el de lograr un nivel de seguridad
económica y personal que nos haga disfrutar del momento. Como dijo Adam Smith: ”qué
más podemos agregar a la felicidad de una persona que goza de salud, no tiene
deudas y tiene una conciencia tranquila?”
DEJAR UN LEGADO
Esta es la etapa de trascendencia
que logramos cuando hemos dado a nuestra existencia dirección y propósito. La
falta de cualquiera de ellas se transforma en un hueco negro que devora nuestra
energía y nuestra atención. Nuestro rol es lograr mantener un balance y crear
sinergia entre ellas, dejando de verlas como una serie de compartimientos
estancos y más bien integrarlas a una sola fuerza vital, aquella que nace donde
los cuatro círculos se superponen.
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